jueves, 28 de marzo de 2013
miércoles, 27 de marzo de 2013
Mañanas.
El teléfono
suena, es la hora, despierto, bostezo.
La mañana
me espera sin sentido aun, escribo para no morir, escribo para no vivir,
Parece no
ser de día, parece no ser de noche, y me observa.
Nada parece, lo es, solo amanezco,
miro por la ventana, sueño.
A veces
es mejor no pensar, sentir y mirar.
Con un
disco sonando de fondo, y el desayuno como compañía triste de mis palabras.
Pista
2, y esto no avanza, retrocede.
La mañana me está consumiendo entre sus nubes,
Entre su
aspecto gris y desamparado, lento pero esperanzado, nos levantamos.
10:16
am, solo eso, letra tras letra,
Minuto a
minuto, no te vayas, no me dejes que la tarde no me respeta.
El cielo sonríe fresco y acompañado por la hermosa mañana,
Mía,
solo mía, tuya y mía, de las dos. De nadie.
De quien
quieras, pero existe alargando las horas,
Haciéndolas
sentir pacientes y tranquilas,
Moviéndote
por la casa, haciéndote pisar cada habitación,
Tocar cada
cosa, respirar, y escuchar.
Haciéndote
escribir, amar, sentir, soñar,
Dándote
un descanso de más, haciéndote perder tiempo o ganar.
La mañana,
el inicio de cada día, las primeras horas, el principio de cada momento,
El desayuno,
el café, la almohada, el olor, el viento, las nubes,
La cama
más dulce, el abrazo más lindo,
y el primer beso del día, el condicionante.
y el primer beso del día, el condicionante.
Todo eso, nada al final pero demasiado.
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